Javier Gil seguirá siendo presidente de la Junta Vecinal de Ontón, esta vez bajo las siglas del PRC, tras haber logrado ayer 196 votos frente a los 61 de su ex partido, el PSOE. Gil señalaba hoy en Castro Punto Radio que “las personas que me han apoyado demuestran que doy confianza y que hago lo que digo”.
Lo cierto es que el electorado de Ontón ha vuelto a darle su apoyo mayoritario. “Se vota a las personas pero también es verdad que el equipo del PRC está muy fuerte y da mucha confianza”, decía, añadiendo que en los 12 años que ha estado con el Partido Socialista “no se ha hecho ninguna inversión en el pueblo”. Espero que ahora se haga alguna, por lo menos quitar los baches y terminar los saneamientos”.
Y es que, según apuntaba, hay 18 millones de euros disponibles exclusivamente para invertir en saneamientos “no solo de mi pedanía, también de otras como Sámano, Oriñón y todas las que tienen déficit, limpieza de caminos vecinales que están abandonados, etc”.
Javier Gil asegura que ha pedido el voto para que en Ontón “se hagan las cosas que hacen falta y la gente ha reaccionado apoyando a Revilla en Cantabria, a Jesús Gutiérrez en Castro y a mí en el pueblo”.
Respecto a los resultados registrados en las elecciones municipales y el período de negociación que se abre ahora para cerrar un pacto de gobierno, Gil declaraba que “no veo ningún pacto, tiene que haber diálogo; 6 más 6 suman 12 (en referencia a los concejales logrados por PSOE y PRC), pero antes también hubo una mayoría de 11 que se fue al traste. Un partido serio como el PRC tiene que analizar y no se puede poner a la orilla de cualquiera. No se puede hacer un pacto para que luego te tiren por la ventana o te tires tú. Y el alcalde debe saber manejar el ayuntamiento y no dejarse llevar”.
Sobre el Partido Socialista, el presidente de Ontón cree que podrían haber sacado más votos, “pero criticando a la gente no se sacan y ahora hay que sentarse a hablar”.
Por otro lado, Javier Gil se ha referido a las pintadas aparecidas hace unos días en la carretera de Baltezana, en las que se le insulta “y me llaman de todo menos bonito”. Cree que es obra de “gente ruin” y prácticas “de los tiempos del franquismo. Yo estoy en la brecha, los demás van pasando”, sentenciaba.
